Repaso Mutante: X-Factor

Continuamos con el repaso de series mutantes actuales. Como ya dije en su momento, hoy toca hablar de X-Factor.

Digamos que X-Factor es un poco lo contrario de las otras series de mutantes. Aquí no nos encontramos con un grupo que intenta salvar al mundo de amenazas del espacio o grandes supervillanos mutantes con muchos traumas reprimidos de su infancia. X-Factor es una agencia de investigaciones situada en el barrio mutante de la ciudad de Nueva York. Esta singular agencia de detectives esta formada por mutantes, hasta ahora, bastante secundarios en las series principales: Jamie Madrox (Hombre Múltiple, el líder), Rahne Sinclair (Loba Venenosa), Guido Carosella (Fortachón), Theresa Cassidy (Siryn, hija de Banshee), Ríctor, Monet St.Croix (M) y por último Layla Miller (la niña que "sabe cosas").

La nueva serie de X-Factor nace directamente del final de la saga Dinastía de M (House of M en el original) en la que, así como quién no quiere la cosa, más del 90% de los mutantes de todo el planeta pierden sus poderes quedando sólo 198 para recordar a la humanidad que los Hombres-X existen. No hablaré aquí de esta saga, pero sí que voy a decir que es bastante pobre. Lo único realmente destacable de la misma es que consiguen controlar el cada vez mayor problema que suponía tener tanto mutante suelto.

Y de aquí es de donde parte la nueva serie de X-Factor, del final de Dinastía de M. Madrox y compañía se encuentran con que el barrio mutante donde residen sólo lo es de nombre. Sólo unos pocos mutantes, entre los que se incluyen los miembros del grupo (salvo alguno que otro), conservan sus poderes, y por esa razón Madrox quiere averiguar que es lo que ha pasado. Como aclaración decir que todo lo ocurrido en Dinastía de M sólo lo recuerdan los héroes que participaron directamente en la historia principal, el resto de la humanidad no sabe nada de nada. Cuando por fin deciden ponerse a investigar que ha pasado, aparece una misteriosa niña, Layla Miller, que es el único personaje nuevo de Dianastía de M y que ha sobrevivido al evento. Ella misma se presenta como "Soy Layla Miller, y sé cosas". Y vaya si sabe. Sabe prácticamente todo lo que va a pasar.

La verdad es que poco se puede contar de la trama sin desvelar nada. Madrox y su equipo se encuentran con un montón de enigmas que resolver y no lo tienen nada fácil con las más que intrigantes intervenciones de Layla Miller y la incorporación de Investigaciones Singularidad, otra agencia que no es trigo limpio precisamente.

En los guiones nos encontramos a un brillante Peter David que vuelve a una de las cabeceras que mejor ha sabido llevar, y con unos personajes que él mismo se encargó de darles vida en su momento. David consigue crear una serie capaz de engancharte desde el primer número gracias a sus ingeniosos diálogos, a su buen hacer con los protagonistas de esta serie y, sobre todo, al misterio que envuelve a la serie que número a número te sorprende cada vez más.

Luego está el apartado gráfico, que quizás sea el punto más flaco de la serie, y no porque no sea bueno, si no porque carece un dibujante regular sobre el que sostenerse. Por la serie van pasando distintos dibujantes que aunque mantienen el aire oscuro y más "underground" que impera en los dibujos, imprimen su propio estilo haciendo que a veces choque con el dibujante anterior. De todos los que han pasado me quedo sin lugar a dudas con el primero de todos, Ryan Sook (el cual me encanta en su trabajo con Morrison en el número de "Los Siete Soldados" dedicado a Zatanna).

En resumen, esta serie me parece un golpe de aire fresco para el género mutante, no sólo porque se sale de los cánones a los que nos tienen acostumbrados, si no que además consigue mantenerse fiel al resto del universo Marvel mientras continua con sus andanzas (para muestra el número que se cruza con la actual Civil War).

Y para el próximo post: X-Men.

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